
Soy una mujer de Bilbao, madre de dos, amante del té y el chocolate negro, enamorada de la vida, del amor y de mi marido (cuesta arriba y cuesta abajo, bajo la lluvia y bajo el sol…).
Estudié periodismo, fotografía y comunicación de moda. Está claro que me gusta contar historias… Por eso, siguiendo la corriente del fotoperiodismo de bodas, intento con mis fotos contar el cuento de vuestra boda, atrapar con mi cámara cada instante especial de ese día, aportándole siempre mi visión personal.
Mis fotos documentan las bodas de una manera natural, buscando atrapar esos momentos mágicos, esas miradas que son irrepetibles y no se pueden teatralizar. A veces son sólo pequeños detalles que pueden pasar desapercibidos para la mayoría, pero desde mi perspectiva, son precisamente aquellos detalles los que consiguen que cada boda sea única.
Porque sí, es cierto, aunque a estas alturas ya lo hayas oído mil y una veces y suene a viejo cliché: cada pareja es diferente y no hay dos bodas iguales. Te lo dice alguien que ha visto unas cuantas.
Aunque mi relación con la fotografía empezó hace muchos, muchos años (mis padres tenían en casa un pequeño laboratorio) no fue hasta finales de 2007 cuando decidí lanzarme al mundo profesional. Desde entonces he pisado varios campos (moda, retrato, infantil…) pero ha sido en la fotografía de bodas donde he encontrado una pasión, al principio inesperada. Las primeras bodas que hice fueron a petición de amigos y poco a poco la energía especial de las bodas me atrapó.
Para mí es algo muy, pero muy importante ser el testigo más cercano de un día tan especial en la vida de una pareja como el día de su boda. Créeme, nadie estará más cerca de vosotros que yo y durante tanto tiempo en vuestra boda. Lo bueno es que apenas notaréis mi presencia.